Turrón Montélimar de Val Roubion: el favorito de las estrellas

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El turrón de Montélimar es una delicia artesanal que ha sabido atravesar épocas y fronteras para convertirse en un referente indispensable de la gastronomía francesa. Desde hace siglos, este dulce deleite se fabrica a mano según métodos tradicionales, y la Maison Val Roubion es una de las principales defensoras de esta especialidad.

Pero ¿sabías que el turrón de Montélimar también ha seducido a numerosas personalidades, especialmente a estrellas de la canción francesa? Entre ellas, Johnny Hallyday, quien solía residir en Montélimar en uno de los hoteles más hermosos de la ciudad, el Relais de l’Empereur.

El cantante, frecuentemente descrito como un gran gourmet, quedó rápidamente seducido por la calidad excepcional del turrón de Montélimar. Visitó en varias ocasiones la tienda de la Maison Val Roubion para adquirir sus deliciosas golosinas. Y no fue el único en apreciar el turrón de la Maison Val Roubion: muchos artistas también sucumbieron a esta delicia, como Michel Sardou, Francis Cabrel o Renaud.

Así, el turrón de Montélimar Val Roubion se convirtió en un secreto bien guardado de las más ilustres estrellas del panorama musical francés. ¿Pero qué hace tan especial a este dulce? ¿Por qué es tan apreciado por los aficionados a los dulces? Para responder a estas preguntas, es necesario sumergirse en la historia de esta especialidad provenzal.

El turrón de Montélimar es una mezcla sutil de miel, azúcar, almendras y pistachos. La receta original, que se remonta a varios siglos atrás, ha sido transmitida de generación en generación, y la Maison Val Roubion continúa hoy en día esta tradición con pasión y experiencia.

La fabricación del turrón de Montélimar es un proceso largo y minucioso. Todo comienza con la preparación de la miel, que debe calentarse lentamente hasta alcanzar la temperatura adecuada. Luego se añaden las almendras y los pistachos, antes de incorporar gradualmente el azúcar. Esta mezcla se trabaja a mano hasta alcanzar la consistencia deseada.

El turrón luego se vierte en moldes y se deja enfriar durante varias horas. Después se desmolda y se corta en barritas, para finalmente envolverse en papel celofán. Este proceso de fabricación artesanal, que requiere paciencia y meticulosidad, permite preservar todos los sabores y aromas naturales de los ingredientes.

El turrón de Montélimar Val Roubion es verdaderamente una joya de la gastronomía francesa, que combina tradición y artesanía. Su textura suave y fundente, sus notas de miel y almendras tostadas, así como los trozos crujientes de pistacho, lo convierten en un verdadero placer para el paladar.

Pero el turrón de Montélimar también es una tradición arraigada en la historia de nuestro país, de una región, de un departamento, de una ciudad que ha sabido traspasar fronteras gracias a este saber hacer...

Así que es un secreto bien guardado que las más grandes estrellas de la canción sucumbieron al encanto del turrón de Montélimar de la Maison Val Roubion. Entre ellos, se puede mencionar a Johnny Hallyday, quien residía en el Relais de l’Empereur cuando visitaba Montélimar. Era un gran amante del turrón, especialmente el de Val Roubion.

¡Pero él no fue el único! Muchos otros artistas fueron seducidos por el turrón de Montélimar, especialmente el de la Maison Val Roubion. Este es el caso, por ejemplo, de Serge Gainsbourg, quien escribió una canción en homenaje al turrón de Montélimar, o de Brigitte Bardot, quien también lo adoraba.

Estas estrellas no son las únicas que sucumbieron al encanto del turrón de Montélimar. Numerosas personalidades políticas, artísticas y culturales también son aficionadas a él. Este es el caso, por ejemplo, de François Mitterrand, quien era un gran amante del turrón de Montélimar, o del escritor Alexandre Dumas, quien lo hacía traer especialmente desde Montélimar para él.

El turrón de Montélimar de la Maison Val Roubion es, por lo tanto, un producto excepcional que ha conquistado a las mayores personalidades, ¡y no es por nada! Su receta única, transmitida de generación en generación durante más de un siglo, lo convierte en un producto auténtico y de alta calidad que ha sabido traspasar los tiempos sin perder nunca su encanto y sabor.

Hoy en día, la Maison Val Roubion continúa perpetuando esta tradición ofreciendo turrones de alta calidad, elaborados con respeto a las tradiciones artesanales y con ingredientes de primera calidad. Y si nunca has probado el turrón de Montélimar de la Maison Val Roubion, ¡es hora de dejarte tentar! Seguro que quedarás conquistado por su sabor único e incomparable suavidad.

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